Reclutar a Google, Facebook y transparencia radical, son la salida para luchar contra noticias falsas y salvar el periodismo

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Joanne Lipman
Periodista USA Today y miembro de The Knight Commission on Trust, Media & Democracy

Desde cualquier lado que se vea, los medios de comunicación están en crisis. La confianza en la prensa se encuentra en mínimos históricos. Malos individuos han secuestrado las plataformas de redes sociales para difundir información falsa.

Justo el pasado 31 de enero, Facebook y Twitter eliminaron cientos de cuentas vinculadas a campañas de información errónea originadas en Rusia, Irán y Venezuela. Mientras tanto, conglomerados de medios de comunicación como Gannett, BuzzFeed, Vice y HuffPo, se han visto obligados por las presiones financieras a despedir a miles de periodistas en las últimas semanas.

La situación puede parecer desesperada. No lo es… por lo menos todavía. Las compañías de medios, los gigantes digitales y todos los que consumimos la información que estos nos brindan, podemos tomar medidas que marcarán la diferencia.

Un nuevo informe publicado el pasado 5 de febrero por la The Knight Commission on Trust, Media & Democracy brinda recomendaciones específicas diseñadas para revertir la corriente de información falsa.

Los pasos a seguir son exigentes y algunos serán polémicos. Los 27 miembros de la comisión provienen de empresas como Google y Facebook, la academia, organizaciones sin fines de lucro y del mundo del periodismo (incluyéndome a mí y al director senior de Gannett / USA Today, Mizell Stewart). Algunos tienen afiliaciones políticas opuestas y modelos de negocios en conflicto. Las discusiones a veces fueron tensas, las conversaciones apasionadas continuaron incluso afuera de los lugares de reunión y duraron toda la noche en los bares de los hoteles. Pero las recomendaciones finales podrían tener un impacto de gran alcance.

Estamos proponiendo, para empezar, que las grandes compañías de tecnología, las llamadas las Big Tech, asuman sus responsabilidades.

Las empresas tecnológicas deben comprometerse a proteger los datos personales de sus usuarios de la misma manera que los médicos y las instituciones financieras protegen la privacidad de sus clientes. Si bien este nuevo enfoque debe definirse de manera más detallada, en términos generales el informe dice: “El fiduciario de información no puede recopilar, administrar o retener los datos de un usuario de manera que comprometa sus intereses (los del usuario) para beneficio propio».

Además, las empresas de tecnología deberían ser proactivas para detener la propagación de información errónea. La información falsa se propaga en línea más rápidamente que la verdadera. Quienes difunden mentiras crean intencionalmente contenido provocativo que pretende engañarnos para que lo compartamos con nuestras redes.

Las empresas tecnológicas ya han estado trabajando para detener el flagelo de la desinformación, pero deberían hacerlo con periodistas y académicos para minimizar el intercambio de datos maliciosos.

La ‘transparencia radical’ puede ayudar a restaurar la confianza

Las plataformas tecnológicas también deben dar a conocer quiénes pagan la publicidad comercial, no solo la pauta política, con el fin de aumentar la confianza y eliminar la posibilidad de que las personas traten de dilucidar si algo  constituye un anuncio «político».

Además, deberían ser más transparente sobre los algoritmos que utilizan para determinan lo que los usuarios ven y no ven. Recomendamos un «enfoque de caja de vidrio» que explique, en un lenguaje sencillo, «qué se personaliza y en qué medida, qué hace que se recomiende cierto contenido y qué puede hacer un usuario para controlar esta personalización».

Más transparencia, lo que llamamos «transparencia radical», también es parte de cómo los medios de comunicación pueden restaurar la confianza perdida. Por ejemplo, ¿puede usted distinguir las noticias de los comentarios o de las opiniones partidistas? Probablemente no, y no es su culpa.

Todas las organizaciones de noticias tienen diferentes formas de etiquetar el contenido. Instamos a una «reunión cumbre» de líderes de noticias para establecer las mejores prácticas que sean adoptadas por todos y que sean transparentes para los consumidores de noticias. Todos los integrantes del ecosistema de los medios de comunicación deben adoptar estándares comunes para correcciones, fuentes anónimas, publicidad y etiquetado de las noticias y de las opiniones.

Los filántropos deben apoyar el periodismo

Las salas de redacción deben trabajar para que su personal refleje la diversidad que existe en sus comunidades y explorar nuevas formas de pagar por las noticias, especialmente en el periodismo local.

Numerosos periódicos locales han despedido personal ya que los ingresos por publicidad, que una vez los financiaron, están migrando a plataformas digitales.

Nuestro informe destaca los experimentos que se realizan con nuevos modelos de financiamiento, incluidos organizaciones sin fines de lucro, con fines de lucro o híbridos. También recomienda la colaboración entre las salas de redacción para maximizar los recursos. Y urge a replantear el periodismo local como un servicio público, una prioridad filantrópica, al igual que las instituciones artísticas y culturales.

Algunas de estas recomendaciones ya están vigentes, o se están experimentando. Ninguno por sí solo restaurará la confianza en los medios, evitará que los individuos mal intencionados intenten acabar con la democracia o salvará el antiguo modelo de negocio de los medios. Sin embargo, si adoptamos ampliamente algunas de estas recomendaciones, estaremos en el camino de combatir una amenaza existencial para nuestra democracia y nuestro futuro.

La urgencia nunca ha sido tan grande, ni la apuesta mayor.

Traducción libre. Vea aquí el artículo original en inglés.

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