Boletín #1 – Lucha contra la desinformación política

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Análisis – Lucha contra la desinformación política

Afirmación de Pilar Cisneros sobre Rodrigo Chaves del Partido Progreso Social Democrático

Verificación de datos de Doblecheck

Coordinadores responsables: Yanancy Noguera y Gustavo Jiménez, periodistas

Objetivo: Determinar las enseñanzas a nivel político y periodístico tras el proceso de verificación en el caso de la sanción a Rodrigo Chaves en el Banco Mundial y la posterior defensa de Pilar Cisneros, de forma que contribuya a combatir la desinformación en la campaña electoral

Conclusiones
1. La verificación de Doble Check es totalmente correcta, con apego a datos y no a valoraciones subjetivas. Las pruebas documentales y los testimonios recogidos en esos documentos son contundentes.

2. Hay una instancia superior (el último Tribunal Administrativo que revisó el caso en el Banco Mundial) que certifica la conducta de acoso y corrige lo actuado anteriormente por otras partes de la investigación. Este seguimiento a las diferentes partes del proceso (hasta llegar a la última instancia) es vital dentro del ejercicio periodístico de un caso así.

3. Los medios deben estar alerta ante diversas tácticas que utilizan las fuentes (por ejemplo partidos políticos, en el contexto de una campaña electoral) para tratar de desestimar o entorpecer una denuncia:

• Utilizar información real del expediente pero en forma parcial o sacada de contexto. Se convierte en una falacia de autoridad (“si está en el expediente tiene que ser cierto”) cuando en realidad solo se está extrayendo una parte a conveniencia.
• Abrumar al periodista con información y documentos que no son necesariamente relevantes. Así, existe la posibilidad de que el esfuerzo periodístico se diluya.
• Aludir a resoluciones de primera instancia y omitir los fallos posteriores que revisan y corrigen (como en esta oportunidad) las decisiones iniciales. Así lo hizo el Partido en este caso, al pretender ignorar o minimizar la investigación posterior que corroboró la conducta de acoso.

4. Son medias verdades que, aunque no puedan ser catalogadas abiertamente como mentiras, inducen al error sobre temas importantes.

5. En este caso, una reacción inicial del partido fue aludir a una supuesta “campaña mediática” en contra de su candidato, una táctica que permite desviar el foco de la discusión. También sirve para ganar aliados («estoy en contra del acoso, pero si es un ataque de este periódico puede ser que el señor tienga razón»). Tal argumento se desarmó cuando intervino el Wall Street Journal, al cual sería poco creíble atribuirle el formar parte de la conspiración.

6. Algunos medios y Doble Check tuvieron el acierto de tratar de conseguir toda la información disponible, y no solo las piezas que la defensa de Rodrigo Chaves liberó a conveniencia. No es de recibo el argumento de que no se puede entregar todo el expediente para “proteger” a las víctimas que denunciaron; los medios responsables saben cubrir este tipo de temas sin exponer a las personas innecesariamente. Incluso, se da una paradoja en la cual la persona señalada y sancionada por conducta de acoso sexual luego pretende levantarse como “defensor” de los derechos de quienes lo denunciaron.

7. Una de las personas claves en este caso, Pilar Cisneros, aparece con cuatro “sombreros”: candidata a diputada, periodista de reconocida experiencia, vocera y defensora de Rodrigo Chaves y estratega de comunicación. Aunque es comprensible que el partido aproveche la fama y reputación de esta periodista para defenderse en un caso de tan graves implicaciones, tanto los medios como la audiencia deben reconocer esos diferentes “sombreros” y que la participación de la señora Cisneros corresponde a los intereses de su partido.

8. La aspirante a diputada ofrece argumentos sobresimplificados en la entrevista del Sinart que dio paso al chequeo. Esa sobresimplificación desinformó a la audiencia por omisión de datos, especialmente los que se refieren a la última investigación del Tribunal Interno del Banco Mundial.

Recomendaciones
1. Los periodistas deben contrastar siempre la información recibida por sus fuentes, aunque se trate de profesionales reconocidos o de muy respetada trayectoria. Lo ideal es que llegue documentado al momento de la entrevista o conferencia de prensa, pero si no fuera posible, que indague posteriormente y corrobore las afirmaciones de la fuente.

2. Los medios deben promover una cultura de constante verificación y destinar los recursos que sean necesarios con tal de lograr coberturas precisas, incluso si es necesario viajar. El país está en juego en una campaña electoral y la prensa debe asumir su responsabilidad.

3. El tema de este chequeo es complejo de tratar, con implicaciones legales y políticas. Sin embargo, es conveniente desgranarlo para que pueda ser presentado de manera sencilla a la audiencia, tal y como se hizo en la pieza publicada por Doble Check. Eso sí, hay que evitar una sobresimplificación que termine ocultando datos y conceptos esenciales, tal y como parece ser la estrategia del Partido en su defensa.

4. A la hora de presentar el texto, vale la pena que en lugar de utilizar subtítulos en formato de preguntas se hagan como hallazgos ya establecidos. “Cisneros pasa por alto señalamientos de Tribunal”. “Caso sí deja ver elementos que constituyen acoso”.

5. En el caso en cuestión, se puede consultar al Colegio de Periodistas si procede alguna investigación contra un agremiado que omite información o induce al error en una entrevista. También se puede consultar a los propios partidos si cuentan con un Comité de Ética que revise estos casos.

6. Los entrevistados deben evitar redoblar las apuestas para reafirmar defensas al honor. No se trata de “morir peleando”, sino de aceptar con humildad y altura cuando la evidencia es abrumadora. Incluso, en una controversia es posible expresar de manera respetuosa el desacuerdo con otras personas. Por eso no es de recibo el ensañamiento de la señora Cisneros en conferencia de prensa contra las denunciantes de hechos tan delicados, y menos en un tema que va más allá de la política como el hostigamiento sexual.

7. Consultar a movimientos sociales (como grupos feministas) la posición sobre el tema y exponerlas mediante piezas de fácil lectura, estilo Pictoline.

8. Que los partidos políticos se comprometan públicamente y por escrito a luchar desde adentro contra la desinformación. Este Pacto Ético puede contar en calidad de garantes o promotores a entidades como el Colegio de Periodistas, el Programa Estado de La Nación o las universidades.

9. Los partidos deben atender sin rodeos las preguntas directas ofrecidas de buena fe (en el entendido de que son entrevistas que procuran información de interés público, y no un “gotcha moment” con fines electorales). El argumento de que “es una campaña mediática en mi contra” es una cortina para ocultarse y no dar explicaciones.

10. El Tribunal Supremo de Elecciones puede crear un Programa de Educación Electoral dirigido a votantes, sobre alfabetización frente a las postverdades y fake news. La idea es que sea una guía práctica y de fácil consumo ante la desinformación.

Equipo de análisis: Gilda González, periodista, Gustavo Araya, politólogo, Darío Chinchilla, periodista

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Escribenos a: nicoledejesus@puntoyaparte-ca.com

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